Demain Le Grand Soir
NI DIEU, NI MAITRE, NI CHARLIE !

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" En devenant anarchistes, nous déclarons la guerre à tout ce flot de tromperie, de ruse, d’exploitation, de dépravation, de vice, d’inégalité en un mot - qu’elles ont déversé dans les coeurs de nous tous. Nous déclarons la guerre à leur manière d’agir, à leur manière de penser. Le gouverné, le trompé, l’exploité, et ainsi de suite, blessent avant tout nos sentiments d’égalité.
(....)Une fois que tu auras vu une iniquité et que tu l’auras comprise - une iniquité dans la vie, un mensonge dans la science, ou une souffrance imposée par un autre -, révolte-toi contre l’iniquité, contre le mensonge et l’injustice. Lutte ! La lutte c’est la vie d’autant plus intense que la lutte sera plus vive. Et alors tu auras vécu, et pour quelques heures de cette vie tu ne donneras pas des années de végétation dans la pourriture du marais. "

Piotr Kropotkine -

La poeta, atleta y anarquista Anna María Martínez Sagi, rescatada del olvido
Article mis en ligne le 12 novembre 2022
dernière modification le 31 octobre 2022

par siksatnam

El escritor Juan Manuel de Prada recupera en ’El derecho a soñar’ la figura de la periodista, feminista, lesbiana, fotorreportera en la Guerra Civil y campeona de jabalina Anna María Martínez Sagi.

La poeta, periodista y feminista pionera Anna Maria Martínez Sagi (1907-2000) dedicó la recopilación de poesías que había escrito en el exilio a su hija Patricia, a la que legaba "el más importante de los derechos humanos, el derecho que nadie puede quitarnos nunca : el derecho a soñar". El escritor Juan Manuel de Prada toma este hilo y publica ahora El derecho a soñar. Vida y obra de Ana María Martínez Sagi (Espasa), una extensa biografía de esta mujer fascinante, caída en el olvido, a quien una vida "dura" y con "tensiones constantes" le llevó a condensar en Patricia un anhelo de maternidad que realmente nunca vio satisfecho.

EMMA PONS VALLS

En un encuentro con Público en un hotel de las Ramblas de Barcelona, el escritor reconoce que el episodio de la hija es uno de los más "tremendos" a los que ha tenido que enfrentarse en la ingente investigación que ha hecho de la figura de Sagi. Durante cerca de 20 años, De Prada se ha dedicado a desenterrar la vida y la obra de esta escritora multifacética, entrevistándose varias veces con ella antes de su muerte, en el 2000, con personas de su entorno y también consultando numerosos archivos, registros y documentos. "Es una historia trágica de sueños rotos, ilusiones pisadas, sueños que no llegaron a hacerse realidad", afirma.

Anna Maria Martínez Sagi fue poeta, periodista, la única fotoreportera española que fotografió la Guerra Civil desde el frente, pionera en el deporte femenino con la creación del Club Femení i d’Esports en Barcelona,campeona de jabalina de España y la primera mujer directiva del Futbol Club Barcelona, entre otros grandes éxitos cultivados antes de 1939. Pero después de la guerra, las cosas cambiaron. En el exilio "empieza su segunda vida, igualmente apasionante pero la más desconocida, porque es una vida en el anonimato", dice De Prada.

De la alta burguesía barcelonesa al anarquismo

"Era una mujer sin pelos en la lengua, beligerante", explica Juan Manuel de Prada

Sagi había nacido en una familia burguesa barcelonesa, muy conservadora, con la que después de años de relación tumultuosa con su madre rompió de forma total. Esto ya la situó en un terreno de nadie que poco a poco le iría empujando hacia el anonimato en el que viviría en las últimas décadas de su vida, recluida por decisión propia en Moià (comarca barcelonesa del Moianès). "Era una mujer sin pelos en la lengua, beligerante", explica el escritor. Antes de la guerra militó en ambientes catalanistas y se vinculó a Esquerra Republicana (ERC), y en 1936 viró hacia el anarquismo.

Es sólo una de las contradicciones internas que afrontó, y que para De Prada muestra cómo siempre fue una "mujer fuera de lugar" inmersa en una "tensión constante" hacia sí misma y el mundo. Educada en castellano y francés porque su familia consideraba el catalán una lengua "de campesinos", les desafió escribiendo artículos periodísticos en catalán, aunque con la obra poética no lo consiguió y eso la situó en un terreno inhóspito entre los círculos literarios catalanistas. Terminada la guerra, se exilió a París, donde viviría bajo la ocupación nazi y colaboraría con el movimiento de la Resistencia.

Iniciada des de muy joven en el deporte por recomendación médica, practicó disciplinas como el tenis, la natación o el esquí, y se convirtió en campeona de lanzamiento de jabalina de España. En 1928 participó en la creación del Club Femení i d’Esports, pionero en el Estado, que promovía el acceso al deporte a jóvenes de clase obrera. Y en 1934 se convertiría en la primera mujer en Europa en formar parte de la dirección de un equipo de fútbol, el FC Barcelona, a pesar de ser una detractora del fútbol femenino. "Lo considera un deporte muy violento y lo rechaza porque defiende que la mujer no debe imitar al hombre, tampoco en el deporte", dice el biógrafo.

De mediados de los 20 hasta finales de los 30 fue su momento de esplendor.Sagi ejerció como periodista con colaboraciones en publicaciones como Las noticias, La Rambla, Crónica, La Noche y Nuevo Mundo hasta finales de la Guerra Civil. Trasladada al Frente de Aragón, también ejerció de fotorreportera, publicando imágenes en La Vanguardia. Lo mismo que se encontraba haciendo Gerda Taro, la célebre fotógrafa que junto a su marido Endre Ernö Friedmann popularizó el seudónimo de Robert Capa. Sagi y Taro no coincidieron en el mismo frente, pero la catalana sí escribió sobre la muerte de su compañera de profesión, aplastada accidentalmente por un tanque republicano.

En su vertiente creativa, Sagi destacó como poeta con una obra prolífica, que incluía las recopilaciones Caminos (1929), Inquietud (1931), Canciones de la isla(1932), País de la ausencia (1938), y Laberinto de presencias (1969) –autopublicado-, entre otros. La escritora no encontró editor al regresar del exilio y acabaría legando la obra inédita al propio biógrafo, que la recogió en La voz sola (2019).

Una vida personal agitada y con frustraciones

Su vida personal no estuvo exenta de unos "fracasos y tragedias" que, más allá de los logros, también la marcaron y la llevaron, en sus últimas décadas de vida, a recluirse en sí misma en un exilio voluntario en Moià. "Decide sepultarse en vida, llevar una vida de anonimato absoluto", explica De Prada. Sin ningún vínculo con la localidad de la comarca barcelonesa del Moianès, la escogió por las bondades de su clima, que había leído en un reportaje, y se mudó en 1978 o 1979. Durante los años en el exilio, Sagi vivió principalmente en los Estados Unidos, donde ejerció de profesora de idiomas en la Universidad de Illinois hasta que se jubiló. A su regreso, vivió en Moià hasta que, pocos meses antes de su muerte en el 2000, se trasladó a una residencia en el cercano municipio de Santpedor.

Cuando el biógrafo la conoció, unos años antes de su muerte, Sagi era "una mujer amarga, muy golpeada por la vida". Dos de los hechos que más le impactaron fueron su gran amor por la también escritora catalana Elisabeth Mulder, de padre holandés, con quien tuvo una relación "más bien breve, agitada, clandestina, probablemente asimétrica" ; y también la frustración en su anhelo jamás realizado de ser madre.

Con Mulder, que era viuda, compartió unos días en 1932 en el municipio mallorquín de Alcúdia, que posteriormente atesoraría en el recuerdo y en la poesía. Lo demuestra un poema incluido en la recopilación La voz sola, escrito 40 años después y que no vería publicado en vida : "Me acuerdo sí me acuerdo / de la noche y del mar. / En mi boca perdura / terco sabor de sal. / Me acuerdo sí me acuerdo / de la noche y del mar. / De los mástiles quietos. [...] / Era yo caracola / arca de castidad / madrépora dormida / en un cuenco de paz. [...] / Ceñida de albas frías / me supiste apresar. / Recóndita pureza. / Hiriente intensidad. / Milagro más inédito / no se repetirá. [...] / ¡Me acuerdo ! / ¿Cómo quieres / que lo olvide jamás ? / Me quedé allá en la isla / en la noche y el mar".

"Esta relación le afectó tanto que a partir de ese momento dedica gran parte de su obra poética a evocar obsesivamente ese amor perdido", apunta De Prada. Precisamente éste es uno de los poemas incluidos en la obra no publicada que Sagi legó al biógrafo bajo la promesa de que no la publicaría hasta 20 años después de su muerte. El motivo era evitar ofender a familiares de Mulder u otros conocidos con poemas que podían considerarse explícitos. De Pradacumplió, y con La voz sola (2019), empezó a reparar el desconocimiento en el que había caído la autora, que no encontró editor al regresar del exilio.

Sagi tuvo otras relaciones con mujeres como Marie-Thérèse Eyquem, que llegó a ser secretaria general del Partido Socialista francés. También con hombres, quizá buscando tener el hijo que tanto ansiaba y que nunca logró, aventura el escritor. Esto le hizo inventar una hija, Patricia, muerta de meningitis a los siete u ocho años y que la investigación de De Prada ha desmentido. "Esa hija se la inventó. Era hija del dolor y de la frustración de no haber podido ser madre", señala.

Sagi fue una mujer excepcional para sus tiempos, a quienes la Guerra Civil truncó una carrera literaria, deportiva y periodística de éxito. El difícil encaje en la sociedad de la época, en parte por su feminismo y lesbianismo, y el exilio obligado acabó relegándola a una vida en el anonimato. En los últimos años se ha recuperado al menos parcialmente del olvido, pero demasiado tarde para impedir que terminara sus días en la comarca barcelonesa del Bages inmersa en una soledad casi absoluta.